lunes, 30 de enero de 2017

Siempre TÚ

¿Cuánto hace que no te escribo unas cuantas líneas desordenadas, abuelo?
Que difícil es mirarte a los ojos y ver que el maldito Alzhéimer te ha borrado la alegría que siempre te ha caracterizado, que te ha hecho olvidar tus coplillas, esas que tantísimas veces nos has cantado. Incluso la famosa anécdota del repollo, quién lo iba a decir.
Ya no das tus paseíllos por Periana como antes, ni vas a talar a Los Pinchos, ni a darle una vueltecilla a Pollo Pelao... Todo eso ya ha cambiado.
Pero a pesar de todo, tenemos la gran suerte de que cuando voy a Periana y entro a vuestra casa, aún puedo verte en tu sillón. De que te decimos "Abueloooo" y tú siempre, a pesar de que no te acuerdes de nuestros nombres, siempre respondes con ese "Hombree holaa" tan especial, porque en el fondo sabes que estamos ahí contigo. Y si hay suerte, pues nos regalas unos besos que siempre vienen bien.
Gracias abuelo, por haberme enseñado (y seguir haciéndolo) tanto a lo largo de todos estos años, por animarme a seguir y por enseñarme a ser al menos la mitad de buena de lo que tú eres.
Recuerda que siempre, pase lo que pase, yo voy a saber quién eres. 




Te quiere mucho, tu Lorenilla.

Lorena Cazorla

lunes, 17 de octubre de 2016

Una GUERRERA

Resulta que a veces tenemos al lado a una persona que está luchando por cada instante de su vida y no somos conscientes. Que siempre nos quedamos con esa sonrisa que forma su primer plano y que hace que cubra todo el dolor que lleva por dentro, que te tranquiliza con un "estoy bien" y con 20 besos. Que se preocupa por ti y que desvía la atención de sus problemas para oírte y dejar que le cuentes todo lo bueno que te está pasando, todas las cosas que estás logrando y todas las historias que te han ido ocurriendo desde esa ultima vez que la viste.
Han pasado 20 días, y en todos y cada uno de ellos te he tenido en mi pensamiento. Siempre te he visto tan fuerte que me parecía mentira que algo así te hubiera llegado a ocurrir a ti. Tú que parecía que estabas hecha de hierro, que no dejaste pasar a esa maldita enfermedad que apareció en tu cuerpo.
Pero parece ser que nuestro destino está escrito en alguna parte de este mundo y que, a veces, por mucho que luches y nunca te rindas, la injusticia te gana la batalla.
Pero no has tirado la toalla en ningún momento de tu vida y eso me hace estar tremendamente orgullosa de la guerrera que fuiste, eres y siempre serás: mi tía y madrina.
Insistir, persistir, resistir y nunca desistir. Ese parece haber sido tu lema, porque no dejaste paso al miedo y siempre peleaste con coraje.
Algún día nos volveremos a encontrar todos en algún lugar para volver a celebrar esos días de Navidad de la familia Cazorla.



Te quiere mucho, tu sobrina y ahijada Lorena.

jueves, 15 de octubre de 2015

Maldito Alzhéimer…

Te has colado en la increíble mente de mi abuelo. Has hecho que se le olviden decenas de coplas que cada día nos cantaba, que no conozca a su familia, que no sepa cuántos años tiene y que se le olvide su anécdota del repollo, esa que tantas veces nos contó. Parecía que algo le decía que algún día la iba a olvidar y por eso la relató tantas veces, que incluso ya me la sé de memoria. Así ahora, yo se la puedo contar.
A veces, incluso te atreves a borrarle esa increíble sonrisa que alegra mis peores días, esos abrazos que reconfortan y miles de recuerdos que han marcado mi vida.
Algo tan injusto para una persona tan buena, que siempre lo dio todo por los demás, que no le molestaba hacerle un favor a alguien, que defendía a su familia pasase lo que pasase y que cuidaba de los suyos como nadie. No es justo.
¿Pero sabes qué? Que me quedo con sus días de lucidez. Esos días donde por un momento te vas de su mente. Esos donde por un increíble minuto sabe quién soy, donde me dice 20 veces que me quiere con locura y donde yo le digo que es el mejor abuelo. Y lo mejor es que él me entiende.
-           - Abuelo, ¡cántame una coplilla!
Y sé que se esfuerza por recuperar las decenas de palabras que formaban esas bonitas canciones, por rescatarlas del olvido. Y a trancas y barrancas, con una voz suave, canta lo que puede, porque tú, maldito Alzhéimer, le has robado ese torrente de voz que me ponía los pelos de punta con la primera palabra.
Qué impotencia me haces sentir. Algo que va convirtiendo cada día a quien fue la alegría misma en una persona cada vez más frágil.

Te quiero abuelo. Vas a ser siempre mi héroe.

martes, 4 de agosto de 2015

A mi abuelo, a mi amigo...

Siempre a todos nos deleitabas
con tus miles de historias,
pero hoy ya no es posible
porque te falla la memoria.

Te miro y estás como ausente
y a veces te comportas como un niño,
pero sabes que nosotros, tu gente,
te tratamos con cariño.

Estás como perdido
pero siempre agradecido,
y te sientes extranjero
aunque te traten con esmero.

Y cuando te digo que me cantes,
tú, entre interrogantes,
siempre me acabas cantando
una de esas coplas que terminan rimando.

Ahora, con melancolía,
recuerdo cada aventura que contigo vivía.
No está siendo fácil
ver que cada día eres un poco más frágil.

Pero que sepas que siempre vas a tener,
a tus hijos, nietos y mujer
para cuidarte y guiarte en la vida
y mostrarte el amor de una familia unida.



Lorena Cazorla

sábado, 23 de mayo de 2015

Para aquellos que...



Invitaría a todas las personas que alguna vez se han reído de la carrera de magisterio a una de las muchas clases que he recibido durante este primer curso. Con tan solo un toquecito, cambiarían su forma de pensar. Pero hay que entender el verdadero valor de la vocación.
No se trata de fijarnos solo en que a veces hacemos manualidades. Sí, las hacemos y he de decir que revivo cada buen recuerdo de mi infancia y de que es la mejor medicina para fomentar la creatividad. Algo que muchas personas ya no usan por diversas razones... Además, no es algo que hoy día se fomente demasiado entre adultos.
He aprendido a valorar a cada niño, a ser consciente de que es una cajita de sorpresas que rebosa ilusión e inocencia. Que te saca una sonrisa con su dulzura.
No solo aprenden ellos de nosotros, nosotros aprendemos muchísimo de ellos. Y son cosas que difícilmente encontramos en libros: valores. No juzgan por la apariencia, llevan la tolerancia por bandera. Entre otras muchas cosas más.
Pero, a pesar de todo, son más las personas que cada vez que me preguntan qué estoy estudiando, se alegran y me animan a continuar con lo que me gusta. Y lo agradezco de veras.
El día que vinieron los pequeños alumnos lo vivimos con mucha ilusión, quitando los nervios y el estrés del principio, claro.
Al final siempre te quedas con los mejores momentos que esos niños te han regalado, con sus "seño, seño" y con los grandes momentos que compartes con las compañeras que has tenido la suerte de poder conocer.
Ya me daba igual pasearme con un bigote pintado en la cara por la facultad porque con el simple hecho de ver a los niños disfrutar y escucharlos decir que les encantaba nuestro espacio, te das cuenta de que por ellos merece la pena.
"Seño, esto es lo que me ha gustado más de todo. Pero no me gusta mancharme".

¡Que no desaparezca nunca el niño que todos llevamos dentro!


Lorena Cazorla

miércoles, 18 de febrero de 2015

Sangre de mi sangre

[...] Y que aunque a veces tenga un nudo en la garganta que no me deje ver grandes momentos, sigo aprendiendo de cada palabra tuya. Esos consejos cargados de cariño y donde noto tu coraje por hacer que tu nieta aprenda y sea feliz.
Abuelo, en este año y medio tan intenso he aprendido más que nunca a valorar lo que esta vida me ha dado. Tú has sido quien de verdad me ha hecho valorar a esas personas, porque esta situación ha dejado ver entre el pequeño mar de gente que a mi alrededor se extendía, quien de verdad estaba ahí.
A veces, te digo abuelo y me miras un poco inquieto. Sé que no llegas a reconocerme al instante pero sabes de sobra que cuando alguien está a tu lado, es porque te quiere y hace lo que sea por ti y eso lo agradeces con besos y abrazos que reconfortan.
Y cuando te digo: "Abuelo, cántame alguna coplilla", la alegría te inunda y no dudas en cantar alguna. Y tú, con muchísima ilusión me explicas para quién iba esa copla y cómo las aprendías.
Sencillamente, eres una persona que ilumina mis peores días, que transmites alegría con tan solo cantar y que haces que, incluso en mis días más ajetreados me acuerde de ti y de las ganas que tengo de que llegue el fin de semana para ir a verte.
Puede que tú a veces no sepas quien soy, pero yo siempre sabré quien eres. Te quiero mucho.

Lorena Cazorla

viernes, 7 de noviembre de 2014

¡Seño, mira!

Hace dos días que me llamaron, por primera vez en mi vida, “Seño”. Sé que por mucho tiempo que pase y muchas aventuras y experiencias más que viva, jamás voy a olvidar ese día.
De una simple observación de una clase de 25 pequeños a ser oyentes de sus increíbles historias. Visitas del Ratoncito Pérez, mi primo se llama Pepe, aquí dice “Tito”,…
Es increíble como personitas tan pequeñas tienen tanta ilusión por aprender, por enseñar ellos también, por hacer de cada recreo una aventura. Pero lo que más me llama la atención es esa habilidad que tienen para sacarte la mejor de las sonrisas con su inocencia.
No juzgan a nadie. No hay miradas de indiferencia como si las hay en muchos adultos. Y es que no solo los niños tienen que aprender de nosotros, también debemos aprender de ellos.
Es imposible expresar con palabras lo que sentí cuando Daniela, al acabar el recreo, me dio una florecita acompañada de un “Toma, para ti” con esa bonita sonrisa.
Estar leyéndoles un cuento a un grupito de niños, hacerlos participar en él y ver como disfrutan siendo protagonistas, es algo que solo disfrutan aquellas personas que tienen vocación por la educación y amor hacia los más peques.

Gracias a ese grupo de niños por sacarme tantas sonrisas, por sus “Seño mira”, por su  florecita y por el cariño que me demostraron con tan solo pasar unas horas junto a ellos. Me habéis hecho ver que mi futura profesión va a ser maravillosa.



Lorena Cazorla

jueves, 23 de octubre de 2014

Abuelos

No puedo estar más orgullosa de mis abuelos. Por cómo se preocupan por mi, por toda su familia, por todo lo que han luchado y también conseguido. Pasan los años y los dos siguen juntos, el uno al lado del otro, tanto en los momentos buenos como en los no tan buenos. Hace ya 50 años que os jurasteis ese amor eterno que hoy os une y vuestros actos delatan el cariño que sentís el uno por el otro.
No puedo expresar en unas cuantas líneas 18 años junto a ellos pero he de decir que forman parte de grandes momentos de mi vida.
Abuelo, puede que se te olviden algunas cosas pero nunca se te olvida decirme lo que me quieres, acompañando con tu sonrisa.
¡Os quiero muchísimo a los dos! ¡Feliz Aniversario!



Lorena Cazorla

lunes, 28 de julio de 2014

Quedan atrás...

        Quedan atrás cientos de anécdotas y grandes momentos para dar paso a otros aún mayores. Ya comienza a formar parte de la experiencia esta etapa de mi vida que ahora se cierra. 
        Sé que no volveré a ver a muchos compañeros que anteriormente veía cada día hasta que pase un tiempo, así como a otras muchas personas y que por supuesto echaré de menos. Pero no cabe duda de que estoy preparada para cada nueva aventura, cada hazaña que me esperan este año y los que vienen.
       Estamos en manos del azar y lo único que debemos hacer es confiar en él. Comienza otra etapa de nuestra vida. ¡Allá vamos! 



Lorena Cazorla

jueves, 19 de junio de 2014

Vetusta Morla

        El 23 de mayo tuve la oportunidad y la suerte de poder escuchar en directo a uno de mis grupos favoritos: Vetusta Morla.
           Los conocí hace poco más de un año y en ningún momento me he cansado de escuchar alguna de sus canciones, todas me fascinan. Tienen sobre mi la capacidad de transportarme inmediatamente a otro lugar. Esa sensación que todos experimentamos cuando escuchamos buena música, la música que nos define a nosotros.
         Fue sin duda una experiencia inolvidable que revivo cada vez que escucho uno de sus temas. En cuanto entraron y comenzó a sonar "La Deriva", me di cuenta de que estaba ante el grupo con el que de verdad había soñado. La voz era la misma que estaba inmortalizada en mis CDs, no era otra. No sentí esa desilusión que a veces aparece en el concierto de otro grupo. Eran ellos de verdad.
       Puede que muchas personas piensen "es solo un grupo". No siento en mi ese fanatismo radical de ciertos grupos, es realmente un sentimiento que no es pasajero. Es música.


Lorena Cazorla

domingo, 4 de mayo de 2014

A la mejor madre...

       Hoy, mamá, al igual que los otros 364 días del año, es tu día. El día de la madre. Pero hoy que es especialmente tu día, quiero hacerte saber cuanto te quiero y aprecio a través de unas cuantas líneas desordenadas.
       Me diste el mejor regalo que se puede hacer a alguien: la vida. Siempre has estado conmigo en todo momento, tanto tú como papá. Siempre presente en cualquier momento, los buenos y los no tan buenos. Por eso te aprecio tanto y siempre te querré. 
        Está claro que  a través de unas cuantas palabras no puedo expresar todo lo que siento...
      Una mujer luchadora que siempre ha estado ahí para que, tanto David como yo tengamos todo lo que necesitamos. Y eso es algo que especialmente agradezco porque somos grandes afortunados al tener a alguien tan cerca que tanto se preocupó para que sus hijos crecieran con lo que necesitaban.
       Y no me olvido de papá, porque los dos habéis luchado mucho por nosotros. Gracias por llenar de ilusión cada Navidad, cada cumpleaños y cada día de mi vida.
        Por todas estas cosas y algunas más que reservo para mi, os estaré eternamente agradecidos.

        Gracias mamá por ser como eres y por demostrarme tanto.

¡Te quiero mucho!

Lorena Cazorla

lunes, 3 de marzo de 2014

Bullying

Hace unas semanas, hice un examen de lengua en el que debía realizar un comentario crítico, basándome en el tema principal del texto que se me proporcionaba: el acoso. Yo lo enfoqué hacia el acoso escolar o "bullying". Aquí os dejo mi reflexión.

Atendiendo a las intervenciones del diálogo y teniendo en cuenta lo que se narra, podemos afirmar que el tema principal del texto es el acoso.
Este tipo de maltrato sigue, por desgracia, presente en nuestros días.
Un claro ejemplo es el acoso escolar, denominado “bullying”.
Todos hemos conocido alguna vez a un compañero tímido o que presenta alguna diferencia física, que en algún momento ha sido la diana de gente cruel, cuyo objetivo únicamente es mofarse del débil. Son estas personas, las que maltratan, las que más defectos suelen presentar, las que más complejos tienen. Pero prefieren reírse de otra persona, para que él (o ella) no sufra eso mismo. Es decir, para desviar la atención y que no se rían de él.
Estos maltratos no son solo físicos (empujones, zancadillas, collejas, etc...), sino también verbales. Y es que, como afirma Pamela Palenciano “no solo duelen los golpes”. Unas cuantas palabras cargadas de malicia pueden llegar a humillar a la víctima hasta hacerla sufrir. Lo que comienza con una simple broma, puede desembocar en algo muy grave.
La mayoría de los casos de anorexia o bulimia, surgen de estas “bromas”. Las víctimas comienzan a acomplejarse y a replantearse si realmente son felices con su aspecto físico.
Muchas de estas personas que son diariamente acosadas, no cuentan nada de lo que les ocurre, por miedo a que las amenazas de sus agresores se cumplan, por miedo a que sean humillados aun más.
En los casos más extremos, la víctima incluso llega a suicidarse, incapaz de soportar la situación en la que vive día a día.
Numerosos libros cuentan historias sobre este hecho. Cabe mencionar el libro “Eskoria”, en el que un joven sufre acoso y acaba haciéndose amigo de otro chico que está en la misma situación.
En resumen, se debe conseguir que la sociedad deje de lado los prejuicios, las etiquetas, para que todo el mundo sea libre y feliz. No hablo de una utopía, sino de una sociedad justa, en la que una persona no tenga que juzgar a otra solo por su aspecto físico, su procedencia, su cultura, etc...
Vivamos y dejemos vivir en paz.





Lorena Cazorla 

viernes, 28 de febrero de 2014

París

Siempre había oído maravillosas historias que tenían lugar en París, descrita en incontables ocasiones como una ciudad increíble, llena de artistas, de amor...
Pero no fue hasta la semana pasada cuando descubrí que todo esto era cierto.
El encanto que rezuman sus calles y la historia que esconde cada ladrillo de esta ciudad, transmiten nostalgia de tiempos no vividos. Ahora es cuando siento desde dentro las fabulosas historias basadas aquí.
Descubrimos los monumentos más emblemáticos, pues el escaso tiempo que permaneceríamos en París no daba para mucho más.
Desde que partimos desde Málaga, no pude dejar de observar las increíbles vistas que me brindaba este mundo.
El mar de nubes que se extendía bajo el avión...


Y después de arrastrar la maleta unas cuantas horas y atravesar el laberinto del metro, llegamos al hotel, donde por fin descansamos y nos preparamos para el gran día que nos aguarda.
Nunca olvidaré el momento en el que me giré y justo ante mi, tenía ese gran monumento que todos conocen... ¡La Torre Eiffel! Más grande de lo que podría haber imaginado. Espectacular.


Pero sin duda, lo mejor fue cuando, después de casi 2 horas de cola, pudimos subir a lo más alto. Contemplar la gran ciudad de París a nuestros pies...


El gran paseo por el Sena, acompañada por turistas de varias nacionalidades y observando los incontables puentes y grandes obras.

Y así transcurrieron los 4 días. Observando las maravillas que forman París, sintiéndome cada día parte de ella.



 Y es que no hay algo más maravilloso que estudiar obras y monumentos y más tarde, tenerlos ante mis ojos.



Y qué decir, de poder estar en el escenario de una de mis películas favoritas. Sentir los momentos que se rodaron y que llegaron a mi a través de una pantalla. Querida Amélie...

Y poco más que decir de este gran viaje que nunca olvidaré. Cuesta expresar con unas cuantas palabras las emociones que me transmitieron esta ciudad. Y es verdad lo que dicen, que es una ciudad que enamora. Algún día, volveré a perderme por las calles de París y reviviré las experiencias que en 4 días viví.

Lorena Cazorla

lunes, 6 de enero de 2014

Adiós 2013

Queda atrás un año cargado de nuevas experiencias, anécdotas y lecciones.
No ha sido un año fácil, pues la suerte no siempre estuvo a favor, pero lo que si puedo decir es que ha sido un año del que sin duda he aprendido mucho.
Me han fallado personas que jamás pensé que lo harían y me han ayudado otras con las que ni siquiera imaginaba hablar.
Decidí quién quería ser, qué camino quería tomar y cómo quería hacerlo. Tuve que tomar decisiones que no se podían elegir a la ligera, ya que estas trazarían el camino que deseo recorrer.
Además, me propuse nuevos retos que, tras mucho esfuerzo conseguí. Esos retos, me sirvieron para conocerme mejor a mi misma, enfrentarme a mis miedos y a mis inseguridades.
Por ello, transformo todas esas decepciones en lecciones; y esos retos, en medallas y trofeos que gané.
Gracias 2013, por brindarme la oportunidad de conocer a gente maravillosa que por suerte, hoy forma parte de mi. 
Y sin duda, no siento ningún remordimiento por no haber aprovechado lo suficiente el año.
Conocer nuevas personas, lugares y lo más importante: conocerme mejor a mi misma. 
Adiós, 2013. 


2014, allá vamos.


 Lorena Cazorla

domingo, 8 de diciembre de 2013

Gracias

Puede que parezca algo paradójico, pero a todas las personas que me fallaron y me la jugaron, les doy las gracias. 
Por todo lo vivido, todas las injusticias, todas las palabras cargadas de malicia, hoy soy más fuerte.
El odio que siento hacia muchas personas que me la jugaron, se transforma lentamente en lástima. Siento que no sepan lo que es vivir realmente. Fingir sonrisas, fingir cariño, fingir amor... Creen vivir en una felicidad inalterable pero no hacen más que hundirse mientras aún intentan, a duras penas, reírse del más débil. Se camuflan tras una máscara que les permite aumentar su círculo de... ¿amigos? mientras se apartan más y más de lo que realmente son: ellos mismos.
Lo más increíble de todo esto es, cuando sientes que pierdes a personas que formaron parte de ti, aparecen otras que se convierten en tu otra mitad. O simplemente, que entre ese pequeño mar de gente que se extendía a tu alrededor, solo resistan los que siempre confiaron en ti, los que prometieron no fallarte.
Son todas estas experiencias, tanto buenas como malas, las que me han hecho más fuerte, capaz de resistir.



Lorena Cazorla

domingo, 8 de septiembre de 2013

¡Ahora!

Siento que va cambiando mi forma de pensar, de actuar en ciertas ocasiones.
Que empiezo a creer en ciertas cosas y que a la vez, dejo de creer en otras.
Que la gente a la que de verdad le importo, me lo demuestra. Y a la que ya no, también.
Que las cosas van cambiando y me gusten o no, son así. 
Que empiezo a tomar decisiones que no se pueden escoger echándolas a suerte.
Que aprecio cosas en las que antes ni me fijaba.

Comienza una nueva etapa en mi vida.

Y sin dudarlo, voy a aprovechar esta etapa todo lo que esté en mis manos.
Más confianza, más seguridad en mi misma. 
Nuevos géneros de música por escuchar.
Nuevos libros por leer.
Nuevas personas por conocer.
Nuevos retos por afrontar.
Nuevos momentos por vivir.

¡Comienza algo muy bueno!



Lorena Cazorla

lunes, 29 de julio de 2013

Caminando

Comenzamos a andar. 
24 personas con unos cuantos kilos de mochilas a las espaldas, decididos a emprender un gran camino hasta la cima, con la luna como sol.
La buena compañía hace que la marcha se disfrute a cada momento, incluso cuando el cansancio comienza a manifestarse.
Las cuestas empinadas y los caminos de piedras sueltas estrechos, me obligan a mantener en todo momento la vista en el suelo. Pero cuando de repente paro y levanto la vista, me encuentro una de la más hermosa estampa que hasta ahora han visto mis ojos...


Se acaba el pequeño descanso y nos ponemos en marcha de nuevo. Las ganas de llegar sumadas al cansancio que a cada paso crece un poco más, dejan en mi una extraña sensación. Algo que quizá no pueda explicar. Pero que en ningún momento me arrebata la emoción de participar en esta pequeña aventura.
Y después de pisar unas cuantas piedras sueltas y deslumbrar a algún que otro compañero con la linterna, por fin llegamos a la cima. Nuestra ansiada meta.
Improvisamos nuestras pequeñas habitaciones de hotel y nos dejamos vagar por nuestros sueños.
El hecho de que hiciera frío y no estuviera en la posición más cómoda para dormir, no quiere decir que no disfrutara de la noche. Despertarme a cada hora, mirar al cielo y ver las miles de estrellas que rodeaban la luna llena de esa noche, es algo que no se puede apreciar en cualquier sitio. El color tan peculiar que tenía la luna, la hacía aun más increíble.


A las 6:30 de la mañana del día siguiente, ya se están guardando los sacos de dormir. Emprendemos el camino de vuelta con la misma emoción que el día anterior, pues ahora podríamos apreciar todos aquellos elementos que antes no pudimos.
A pesar de que no fue la noche en la que más he dormido ni descansado de mi vida, he de decir, que han sido 2 días inolvidables para mi. Muchos suspiros y muchas risas. Increíble.


Lorena Cazorla

viernes, 28 de junio de 2013

¡Por fin!

Por fin ha llegado esa época del año en la que pierdes la noción del tiempo, esa en la que ni sabes en qué día estás.
Momentos perfectos para vivir y compartir con los mejores. 
Para tumbarte en la arena, cerrar los ojos y dejar que el sol oscurezca poco a poco tu piel mientras el sonido de las olas te transporta a otro lugar.
Días que pueden disfrutarse tanto en la playa, como dando un paseo mientras saboreas tu helado preferido. O incluso comprando libros que te resultan gangas. 
Lo que realmente importa, es quién te acompaña. Con quién vas a compartir esas experiencias. Ya sea una ola que te ha alcanzado en la playa y no te lo puso fácil para salir del agua, como el susto que te diste al creer que habías perdido al autobús. Tarde o temprano, esas experiencias se convierten en risas, que es lo mejor de todo.
Y escribiendo todo esto y con una sonrisa en la cara, por fin puedo decir que ha empezado el verano. 
¡Allá vamos!

                                                                                   Lorena Cazorla

viernes, 8 de marzo de 2013

¿Oportunidad o error?

Recuerdos.
Que algunos caigan al río que va en dirección al olvido.
Otros, simplemente rondan por mi cabeza, sin saber muy bien dónde acomodarse, haciendo de mi otra chica despistada que refleja en sus ojos nostalgia.
¿Qué son los recuerdos? 
¿Son algo más que las promesas de amor olvidadas que quedaron grabadas en las puertas de los baños?
Un lienzo en blanco para un enamorado y un rotulador.
¿Qué queda hoy de esa fecha media borrada por otros amores?
Un escalón más que te impide el paso hacia el olvido.

        Son ahora esos errores los que te hacen más fuerte. Sabes que has derramado lágrimas de forma injusta y quieres dejar de hacerlo. Has sentido mil y una vez que el mundo caía sobre ti. Y solo has pensado en que no podías con él. 
Pero ahora, esas lágrimas que tanto daño te han hecho, te hacen ver qué pasa realmente en ese lugar al que llaman mundo. 
A veces ganas. A veces aprendes.


                                                                                                         Lorena Cazorla

domingo, 13 de enero de 2013

Pequeño gran paraíso

Camino por las calles de Baeza con una gran sonrisa acompañándome, escondida bajo la bufanda que me protege del frío que estos días amenaza al pueblo. 
Un brillo en los ojos que indica que la curiosidad se apodera de mi.
No paro de girar la cabeza aquí y allá en busca de la calle más preciosa. Difícil elección.
Cada calle, un pequeño mundo con una historia marcada en cada ladrillo que la forma.
Calles, que estos días están inundadas de jóvenes ansiosos con sus exámenes. Unos 2600.
La catedral, que puede ser vista desde una bonita plaza, está rodeada de hermosos restaurantes que te hacen sentir como en casa.


De repente, estás en una calle tan ancha que caben 2 camiones. Te giras un momento, y casi puedes tocar ambos lados de otra calle con tus brazos.
Noto las piedrecitas bajo mis pies que indican que las calles tienen mi edad multiplicada por una elevada cifra.
Ahora, paso a una calle en la que en una fachada, se puede leer que Antonio Machado, impartió clases de francés ahí. Entonces, los sentimientos de sorpresa y alegría, me invaden, haciendo que los nervios aparezcan siendo intrusos.
Entro en aquel edificio, y un pequeño cartel anuncia la actividad de Antonio Machado en un pasado en esa misma aula. 


Después de varios minutos insistiendo, por fin consigo convencer a mi madre para que juntas, entremos a la catedral.
La idea de querer contemplar el pueblo de Baeza desde una gran altura me parece algo maravilloso.
Con un gran esfuerzo y cientos de escalones después, por fin conseguimos nuestro objetivo. Sin duda, el gran esfuerzo que al día siguiente se transforma en cansancio, merece la pena.


Sin duda, este pueblo del que fue turista durante tan solo 2 días, ha logrado dejar en mi una huella que pocos lugares consiguen. Algún día, reviviré estás imágenes de nuevo.
                                                                                                                      
                                                                                                                Lorena Cazorla